Reseña de la película Para Sama, una carta de amor de una joven madre a su hija, Waad al Kateab (léase Al Katib)
Paula Tomás.
Alepo, 2012. Waad al Kateab, actual directora, productora y periodista siria, pero por aquel entonces estudiante de Marketing en La Universidad de Alepo, decide armarse con una cámara para grabar el levantamiento que los jóvenes sirios habían iniciado contra el régimen de Bashar Al Asad. Así es como comienza la película documental de Waad al Kateab, que se convierte en una increíble carta de amor de una madre a su hija en la que relata en primera persona el horror de la guerra siria.
Esta película documental escrita en forma de carta nos va transmitiendo de manera retrospectiva los acontecimientos que han ido destruyendo Siria desde el año 2012 aunque centrándose sobre todo a partir del año 2016, cuando nace su hija Sama. Es una carta de amor para la niña nacida en medio del horror de una guerra en la que se entrelaza esa dureza y sufrimiento con el relato de amor e ilusión de una joven pareja que se conoce, se enamora y tiene una hija.
Para Sama es un fiel relato en primera persona de la que es considerada la guerra más sangrienta del último siglo y por ello no se esconde ante las imágenes o los relatos más duros, hay niños muertos por las calles, hospitales llenos y rincones manchados de sangre donde Sama juega. Pero también hay otra visión que ayuda a hacer de esta película única, la de la humanidad. La directora también consigue transmitirnos la importancia de esas historias de vida de las personas que en medio de tanta destrucción y dolor consiguen sacar las fuerzas necesarias para hacer la vida lo más digna posible. El simple hecho de que la película sea una sucesión de grabaciones hechas en primera persona le da al relato una humanidad única y consigue que los espectadores nos transportemos no solo a las calles de Alepo, si no al día a día de las personas que viven allí.
Este relato consigue hacernos entender también ese sentimiento de pertenencia que los habitantes de Alepo tienen con su ciudad y con su país. Ya que, aunque muchos de ellos se fuesen, muchos otros decidieron quedarse, luchar y resistir. Aunque también pone de manifiesto ese eterno y difícil debate sobre si luchar por la libertad de un pueblo o intentar empezar una vida lejos del horror. Por lo tanto, debemos entender también Para Sama como un documental dedicado a todas esas personas que de una manera u otra lo perdieron todo tras el estallido de la Guerra Civil en el país.
Para reforzar ese aspecto de la humanidad y darle importancia a la gente que sigue peleando en medio de tanta destrucción, Waad al Kateab utiliza el hospital como el centro donde tienen lugar una gran parte de escenas. El hecho de que este hospital, donde además trabaja su marido Hamza, recobre tanta importancia nos ayuda a entender ese sentido de compromiso de la población por ayudar y mostrarse solidarios con su gente. El documental nos muestra también esa eterna lucha por intentar mantener la normalidad dentro de la anormalidad más absoluta. Las escenas de la boda, del embarazo o de reuniones familiares nos permiten alejarnos a veces del ruido de las bombas, de los muertos y del sufrimiento. Aunque siempre vuelven.
Para Sama fue nominada a los Premios Oscar 2019 en la categoría de mejor documental, Premio a la libertad de Expresión de la National Board of Review (NBR), fue considerada la mejor película por la British Independt Film Award en 2019 y nominada en la categoría al mejor documental por los Premios BAFTA 2019, British Independt Film Awards y Premios Independent Spirit entre otros.
Pero además de este aspecto tan íntimo y personal que está muy presente en la película, también tenemos que hablar del fuerte componente de denuncia que en ella podemos observar. Este documental, más allá de ser un acto de amor, es un acto de denuncia y de resistencia. Verla es necesario para entender la crueldad del mundo en el que vivimos, para entender de lo que son capaces de hacer aquellos que creen tener el poder sobre el pueblo, pero también para entender la inutilidad de aquellos que se llenan la boca hablando de derechos humanos y de democracia, pero no saben, ni quieren poner fin a un conflicto como el sirio. Un conflicto del cual se cumplen ya 11 años desde su inicio y que ha dejado en torno a 500.000 personas muertas y desaparecidas, 12 millones de personas desplazadas y a un 90% de sirios que viven actualmente bajo el umbral de la pobreza.
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