Hani Abbás_Mosul

Sinan Antoon (Poeta iraquí, novelista, académico y traductor de literatura. Co-fundador y co-editor de Jadaliyya)

El famoso lema del Daesh “Quedarse y expandirse” parece necesitar ahora ser modificado para adaptarse a la realidad. Tras sucesivas derrotas en Al Anbar y Saladino, se está lidiando la batalla de la liberación de Mosul. Esa batalla se ha retrasado mucho, pero una combinación de factores, fuerzas y agendas regionales e internacionales propicia la liberación de la ciudad y de las zonas colindantes del puño del Daesh y la reducción de este último, sin que se acabe necesariamente del todo con él ni se logre poner freno a su capacidad para asestar golpes aquí y allá. La historia y los métodos de la lucha antiterrorista indican que estas organizaciones no desaparecen totalmente (Al Qaeda es un ejemplo) porque esa guerra no solo reproduce los factores que fomentan la aparición del terrorismo sino que además el terrorismo sufre mutaciones hereditarias.

Las noticias hablan de una retirada del Daesh, de la liberación de pueblos y ciudades iraquíes y del izado de la bandera nacional en sus edificios. Los iraquíes, sedientos de victorias militares, recuperan algo de la confianza perdida en un Estado cuyas instituciones, con el Ejército a la cabeza, pueden cumplir con su misión y su deber. Las noticias de la liberación insuflan esperanza en los iraquíes, les ayudan a soñar con un Iraq no desintegrado geográficamente ni dividido en provincias sectarias.

Pero al margen de la movilización mediática y del bullicioso “ruido de la batalla” en las redes sociales, hay preguntas y observaciones que hacer. Está el gran sacrificio de los hombres que combaten al Daesh. Están los miles de civiles cuyo destino oscila entre la muerte, la supervivencia y el éxodo. ¿Cómo van a ser respaldadas a nivel político la victoria y la liberación? ¿En nombre y a favor de cuál de los bandos, de cuál de los proyectos? Mosul y las batallas que se están produciendo en torno a ella podrían ser la gran brújula de la fase siguiente, sobre todo teniendo en cuenta los bandos que participan en la contienda a nivel político y a nivel militar, de forma directa o por delegación.

La gran paradoja es que la batalla de Mosul puede tener a largo plazo repercusiones contrarias a lo que algunos desean, al consolidar una mayor desintegración y abrir la puerta todavía más a la regionalización oficial y a una división de facto o incluso oficial. No es un secreto que muchos integrantes de la “élite” política babean por provincias sectarias por los beneficios que acarrean. Crear una provincia suní de esas en el norte o en el oeste de Iraq sería un pretexto para crear otra provincia en el centro o en el sur del país.

La demografía de Mosul y de la provincia de Nínive ha cambiado mucho en los últimos años. Sobre todo desde la ocupación del Daesh y de que expulsara a cientos de miles de personas. Salvo algunas imágenes fotográficas para el consumo mediático que muestran la vuelta de un número limitado de familias a las ciudades liberadas, no ha sucedido nada en la historia reciente que invite a tener esperanza en el regreso de los desplazados a sus ciudades y sus pueblos, en la ejecución de proyectos de reconstrucción. Los desplazados son una vez más las víctimas de la deportación y de la limpieza étnica que están llevando a cabo los peshmerga, como señalan las noticias que nos llegan de Kirkuk estos días. El gobierno de la provincia del Kurdistán ha aprovechado la guerra contra el Daesh para expandirse y ganar terreno; ahora controla un 40% más del territorio que controlaba en 2014 y sigue expandiéndose por la llanura de Nínive. Y además está la posibilidad de que se ejecute un proyecto del que se viene hablando desde hace años: la creación de una provincia para los cristianos. La trampa de los proyectos de creación de provincias está en que estos fomentan mayor éxodo e impiden, por ejemplo, a los cristianos de Mosul que regresen a su ciudad cuando se les ofrece otro lugar como alternativa.

La derrota del Daesh es un objetivo que esconde la gravedad de las luchas que saldrán a flote tras la liberación de Mosul y de las que la ciudad será escenario. El fantasma de Berlín…

Artículo publicado en Al Safir el 25/10/2016

Viñeta de Hani Abbás para Al Mudun

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