Yemeni al Damashqi, Al Mudun, 28/05/2015
Algunos muros de devastadas ciudades de Siria como Saraquib, Daraya, Homs, Karf Nabl se han convertido en pinturas. En Daraa la chispa de la revolución prendió gracias a los grafitis y en Siria las pocas posibilidades de manifestarse convirtieron las paredes en espacios para expresarse y dar información. Y así volvió de nuevo el poeta egipcio Amal Dunqul a Siria con su famoso verso «La sangre no se reconcilia con sangre» escrito en el muro en una casa derruida de la ciudad de Saraquib.
En Homs, concretamente en el barrio de Uairi, este tipo de arte ha cobrado vida de forma extraordinaria. Según la escritora Imán Mohamed el grafiti «no es algo nuevo en Homs, sino una extensión de la actividad pacífica que comenzó con la revolución y que ahora ha vuelto de forma más estética y profunda». En los muros derruidos de unos grandes edificios de la ciudad destruidos por los bombardeos hay dibujados unos emoticones que se han convertido en punto de interés para los ciudadanos y en un lugar en el que hacerse una foto de recuerdo en esta triste ciudad.
La frase «eres algo en este mundo, así que levántate» fue escrita en el muro exterior de un complejo de exposiciones del barrio asediado de Uairi, y hace un llamamiento a dejar a un lado la desesperanza y a revivir el espíritu de la revolución. Estos grafitis también están relacionados con acontecimientos políticos de la escena árabe. En uno de ellos se puede leer la frase «la revolución no desaparece» junto al símbolo de una mano que indica el número cuatro con los dedos en solidaridad con las personas que murieron en el verano de 2013 en la plaza cairota de Rabea al Adauía y como muestra de rechazo a la pena de muerte dictada contra el presidente egipcio depuesto Mohamed Mursi.
Mohanad al Hamud, activista y fotógrafo de Homs, cree que el regreso de estos grafitis no solo se debe a la oposición al sistema sino también al «renacimiento de la revolución y de la esperanza en aquellos que fueron invadidos por el desaliento». Según Hamud, estos dibujos han tenido éxito ya que «han irrumpido en los corazones de las miles de personas asediadas y han salido fuera de Homs a través de las redes sociales».
En Daraya, ciudad conocida por sus acciones pacíficas, muchos de sus muros se han convertido en verdaderas obras de arte. Abu Malek al Shami, que ha contribuido a extender este arte por la ciudad, declara que «últimamente, desde que el ritmo de las batallas ha disminuido, la vida en la ciudad se ha vuelto muy monótona, por eso he vuelto a retomar mi afición por el dibujo». Sus grafitis, al igual que los realizados por otros grafiteros, representan una vida bajo la sombra de la guerra o se burlan de la situación.
Sobre las fases de un trabajo, Al Shami dice: «Al principio solemos consultar con diseñadores y pintores con talento los temas que se van a dibujar para que la cosa sea fácil y comprensible. La idea surge al principio de un modelo en pequeño dibujado en un cuaderno. Después, elegimos el muro adecuado, uno que todo el mundo pueda ver y que esté situado en una calle principal. Y luego lo limpiamos y dibujamos en él con carbón y tiza».
Para Al Shami el objetivo principal de estos grafitis es «representar el dolor de la gente pues a veces las imágenes hablan más que las palabras, además del valor estético que le otorgan a la ciudad. Estos grafitis son un mensaje dirigido al mundo para que vea que somos capaces de vivir en medio del alboroto de la muerte».
Artículo traducido del árabe por María Isabel Escribano dentro del programa de colaboración con la Universidad de Granada.
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