Thami Benkirane nació en 1954 en Fes, donde actualmente reside y trabaja como profesor universitario. Desde los años noventa ha estado exponiendo sus fotografías en Marruecos, Francia, Malí, Alemania y Siria. Aquí nos habla de su trabajo
«La experimentación juega un papel importante en mi visión de la fotografía. Me encanta jugar con mi cámara, aunque ello me lleve a prescindir de un tercio de cada película para poder explorar nuevas direcciones e intentar ampliar la gama de mi propia investigación estética. El experimento se completa una vez que pulso el disparador. El post-procesamiento me resulta de poco interés».
«Permítame que le confiese: No he matado al niño en mi interior. Como un niño, me encanta jugar, la cámara es como un infinito reino con un gran potencial de juego y experimentos creativos. El juego hace que sea posible encarnar lo inimaginable en una fotografía»
«Me gusta tomar el tiempo necesario para preparar cuidadosamente los experimentos para la película, cosa que no podría hacer con la fotografía digital. Es el caso de la serie llamada Grafiti Marroquí, basada en la estética de la «tercera imagen» que aparece durante la mezcla transitoria de diapositivas. Técnicamente, este método es reminiscente del palimpsesto y se basa en la superposición de dos imágenes en una película durante el proceso de rodaje. El carácter híbrido tiene un lugar significante en mi trabajo ya que esta técnica de exposición múltiple me permite mezclar dos o más imágenes de distintos mundos o campos»
«Comienzo con la exposición de cada una de las 36 proyecciones de la película con un tipo de textura de fondo que se compone de basura, grafitis medio borrados, restos de carteles arrancados, superficies metálicas oxidadas, paredes abandonadas, etc. A continuación rebobino la película y hago una segunda secuencia de disparos sobre la misma. En la segunda fase elijo escenas con presencia humana como escenas de género, actividades humanas y la vida cotidiana en general. Llegados a un cierto punto, debería de notarse que, en Grafiti Marroquí, no hay una relación planeada entre la primera imagen y la segunda»
«Existen dos fuerzas que impulsan mis trabajos fotográficos de una forma bastante paradójica. Podríamos llamar a la primera desencantamiento ya que hay una ruina, un entrópico mal incurable que frecuenta nuestro propio ser. Es la ruina de uno mismo y de sus sueños mutilados. Es también la ruina de una mirada desilusionada desde un país subdesarrollado, corrupto con sus mecanismos oxidados y su ausencia de perspectivas. La segunda fuerza es el reencantamiento. Esta fuerza implica magnificar los materiales constitutivos que resultan de la ruina. Siempre he sentido y expresado una sensible y sensual unión con la materia y con todo lo relativo al despiadado paso del tiempo, la erosión y las vanidades de la humanidad»
Traducido del inglés por Rania Chaui
Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!