Raseef22, 18/06/2019
Hasán Abbás
El triunfo del ex presidente egipcio Mohamed Mursi en las elecciones presidenciales egipcias de 2012 fue un indicador del aumento de la fuerza del fenómeno del islam político en la zona árabe. Este éxito inquietó a los liberales árabes quienes lo consideraron un eslabón en la cadena de la expansión de los Hermanos Musulmanes en los puestos de poder de los países árabes, lo que significaba que la Primavera Árabe iba camino de convertirse en una “primavera de esa hermandad” (también inquietó a otros, sobre todo a los regímenes hereditarios, pero por otros motivos a la cabeza de los cuales estaba el miedo a perder sus tronos).
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Los Hermanos Musulmanes soportaron como nadie los golpes de los regímenes represores sin anunciar una rendición definitiva y esto hay que tenérselo en cuenta. Pero su paciencia con la represión no fue la única razón de su permanencia. No podemos hacer una lectura de la escena sin tener en cuenta que ellos, a diferencia de los demás, pudieron “respirar” de vez en cuando durante treguas que cerraron con el poder en diferentes periodos de las últimas décadas (y que les permitieron renovarse a costa de otras fuerzas políticas, especialmente de las fuerzas de izquierdas) en forma de matrimonios de convivencia con los militares o con otros regímenes represores de diferente nomenclatura según el país.
Pero posiblemente el factor que más contribuyó a mantenerlos con fuerza en la escena pública fue el factor ideológico: mientras “morían” las ideologías de sus rivales políticos, las ideas de los Hermanos Musulmanes sobre la religión, e implícitamente de la relación de esta con la política, eran las que mayor presencia tenía porque nadie como ellos supo construir una narrativa teórica vendible a nivel popular que pudo sustituir esa religiosidad popular dominante en la zona desde hace siglos a la sombra del fracaso de las instituciones religiosas oficiales (…) La llegada de Mursi al poder fue, pues, un indicador de que se había avanzado en la fijación de determinada idea de la religión presente durante décadas cuando teníamos una necesidad imperiosas de entender la religión de otras maneras.
Tenemos muchas observaciones al gobierno de los Hermanos Musulmanes en Egipto, observaciones sobre Mursi, su papel y sus prácticas implícitas. Pero por encima de todo, el grupo quiso nombrar a una persona no electa (el vice-guía general, Jairat Shater) gobernante en la sombra, lo que supone un golpe a la base de la democracia, es decir, a las elecciones.
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Viñeta de Walid Taher publicada por el diario Al Shuruq
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