Estados Unidos se ha visto obligado a abrir un canal de diálogo con la corriente Ansaralá huzí en la capital del sultanato de Omán para abordar dos cuestiones. En primer lugar estudiar los horizontes para alcanzar un acuerdo político que permita el regreso de la seguridad y la estabilidad a Yemen tras el fracaso de la solución militar para imponer la rendición a la corriente huzí y a su aliado el expresidente Ali Abdalá Saleh. En segundo lugar se abordará la liberación de varios súbditos estadounidenses retenidos por las tropas huzíes en Saná; tres de ellos trabajaban en
el sector privado y el cuarto es un estadounidense de origen yemení. Cuando decimos que Washington se ha visto
obligado a abrir un canal de diálogo queremos decir que este encuentro se produce tras grandes presiones políticas
y punitivas sobre la corriente huzí y sobre su aliado Saleh que aspiraban a poner fin a su expansión en Yemen en
solidaridad con su aliado saudí, lo que nunca se produjo.

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