Al Quds al Arabi, 21/02/2019
La mañana del 29 de junio de 2015 un coche bomba explotó contra un convoy del fiscal general de Egipto, Hisham Barakat, quien luego murió tras ser sometido a una operación quirúrgica. Durante el funeral de Barakat el presidente egipcio, Abdelfattah al Sisi, estalló diciendo que «la Justicia está esposada por las leyes» y prometiendo modificar las leyes para «que se hiciera justicia de inmediato». Los aparatos del régimen no solo contribuyeron a enmendar las leyes para “hacer justicia” sino también a una venganza indescriptible, no contra los culpables sino contra una élite inocente de egipcios: detuvieron a 67 personas entre las que había 10 médicos, 10 ingenieros, 22 estudiantes y 5 trabajadores y ex oficiales, de los cuales se eligió a 9 jóvenes que fueron ejecutados ayer por la mañana.
Uno de los acusados ejecutados por el régimen es Mahmud al Ahmadi, nacido en 1996, estudiante de la Facultad de Lenguas y Traducción. Al Ahmadi fue detenido en 2016 cuando denunció la desaparición de su hermano y durante una de las sesiones de su juicio declaró que al ser torturado con electricidad declaró incluso que había matado a Anwar al Sadat (el presidente egipcio asesinado en 1981). Entonces un oficial de la seguridad le dijo «Vas a cargar con el asesinato del fiscal general». A la pregunta de « ¿Pero por qué? ¿Eso no es injusto?» el oficial le respondió «Vas a cargar con ese asesinato y punto».
La madre de otro de los acusados, Islam Makawi, declaró que su hijo estaba en el ejército cuando Barakat fue asesinado y que terminó el servicio militar tres meses después de ese día. El padre de Ahmad Gamal dijo que su hijo había seguido el asesinato por televisión. Ahmad Mahrus declaró al tribunal que le condenó a muerte que había sido detenido el día 22 de febrero, es decir, meses antes del asesinato de Barakat. Los acusados Abu Bakr al Sayyed, Ahmad Wahdán y Abul Qasem Ahmad dijeron que sus confesiones habían sido hechas bajo tortura. Ahmad al Daqawi, otro de los acusados, se enteró del asesinato del fiscal general durante su interrogatorio. Uno de los abogados de la defensa dijo que su defendido, que es ciego, recibió varias acusaciones, entre ellas la de entrenar a otras personas en el uso de armas. Y Basma Refaat, una de las acusadas, declaró haber confesado bajo tortura, amenazada con ser violada y con el asesinato de su esposo.
Viñeta de Emad Hayyach para Al Arabi al Yadid
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