Las declaraciones del clérigo chií Mahmud al Hosni al Bagdadi, conocido como Al Sarji, criticando la fetua de Sistani en la que declara la guerra a las facciones suníes armadas que están intentando derrocar al régimen de Maliki, son un punto de luz en la actual oscuridad política. Estas declaraciones tal vez sean el único punto de sensatez del bando chií iraquí para evitar una matanza global entre los dos grandes grupos de musulmanes en Iraq. Las palabras de este referente chií iraquí son un desafío a Sistani, el máximo referente chií del mundo, y también un desafío al enorme poder político y religioso que Teherán tiene en Iraq. Pero sus declaraciones también son un desafío para la opinión de los extremistas suníes, como los del EIIL, que ven a los chiíes como un bloque sólido del que hay que deshacerse.
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