El presidente francés Emmanuel Macron descubrió el pasado martes, durante su encuentro con Al Sisi, que él no es quién para “dar charlas” sobre Egipto en el tema de los derechos civiles. Y Al Sisi no se limitó a devolverle el saludo al joven presidente francés sino que sorprendió al público que seguía la rueda de prensa conjunta con Macron, con una charla de artillería pesada sobre “el compromiso de su país con los derechos humanos en el marco de un Estado democrático, civil y moderno”.
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Después de negar que en su país se torture o se abuse de los derechos humanos, Al Sisi recordó que Egipto atraviesa una situación de seguridad difícil por la “difusión de ideas extremistas que respaldan el fenómeno del terrorismo” y esa es una de las partes de la ecuación que hizo que Al Sisi, y no Macron, diese la charla elogiando a su homólogo por los esfuerzos de sus tropas en la “lucha contra el terrorismo”, la palabra clave le que abrió las puertas del Eliseo y que hizo que Macron, que en su día dio consejos culturales a los países africanos sobre la repercusión del aumento demográfico en el subdesarrollo, optase por alabar los “esfuerzos de seguridad” del mariscal egipcio, y por dejar a un lado los derechos políticos para centrarse en la firma de acuerdos y en el elogio de la “asociación estratégica” con El Cairo.
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Viñeta de Amer Salim
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