Como periodistas marroquíes independientes hemos seguido con extremada inquietud las evoluciones de la traumática noticia de la detención del periodista Ali Anuzla, director de la página electrónica informativa árabe Lakum, para ser investigado por el fiscal general del rey del Tribunal de lo Penal de Rabat por publicar un artículo que incluía un enlace a un video atribuido a la organización Al Qaeda que ha sido publicado por varios medios de comunicación internacionales y en el que hay «un llamamiento sincero a cometer actos de violencia en Marruecos y a incitar a ellos».

Independientemente del debate natural y polémico que se ha desatado en todos los medios de comunicación internacionales sobre si es adecuado o no difundir un vídeo o una grabación con un contenido similar al del vídeo mencionado, un debate profesional en el que hay diversidad de puntos de vista, consideramos que con la detención de Ali Anuzla el Estado intenta asestar un nuevo golpe a la prensa independiente y confiscar la voz de las plumas libres, en una grave evolución dentro de la campaña de asedio de la libertad de expresión que se está produciendo desde hace meses.

Nos extraña así mismo el modo, humillante para la prensa marroquí, en el que el periodista Ali Anuzla ha sido conducido a la sede de la Policía Judicial como si se tratase de un terrorista acusado de cometer graves crímenes contra la seguridad nacional. De igual modo nos resulta extraña la naturaleza de las acusaciones del comunicado del fiscal general del rey y del Ministerio del Interior contra el director de Lakum y nos preguntamos cómo puede considerarse un acto de apología del terrorismo la recogida de una información difundida por varios medios de comunicación. Al revisar el material periodístico que acompaña al vídeo motivo de la investigación, queda claro que su finalidad es informar, uno de los deberes esenciales del periodista hacia la sociedad. El mensaje que acompaña al vídeo no reivindica su contenido ni lo publicita.

Reprobamos también la entrada de las fuerzas de la policía en la sede de Lakum; la confiscación de las unidades centrales que emplea  el cuerpo de redacción de la página informativa es una grave medida forzosa que se inscribe en el marco de la intimidación de los periodistas y que pretende disuadirles de cumplir con su misión. Ya de por sí, la confiscación de los aparatos de trabajo es un atentado contra la libertad de prensa.

Del mismo modo nos ha sorprendido el comunicado del Sindicato Nacional de la Prensa sobre el tema porque hace uso de un lenguaje que tiende a al reproche y a la criminalización del periodista, condenándole antes de que se hayan pronunciado al respecto las instituciones pertinentes. En lugar de desempeñar su misión de defender y proteger a los periodistas, el sindicato se vuelca en el ajuste de viejas cuentas con el compañero Ali Anuzla, da lecciones de deontología y de defensa de la sociedad, y no se toma la molestia de solidarizarse con un compañero que ha sido detenido, conformándose con decir que harán un seguimiento del expediente en el marco del respeto a la ley de prensa y edición.

Partiendo de todo esto, nosotros, periodistas marroquíes independientes, anunciamos lo siguiente:

–          Nuestra solidaridad absoluta con el director de Lakum, el compañero Ali Anuzla, y con todo el equipo de redacción de la página.

–          Nuestra condena de todas las tentativas del Estado de asfixiar a la prensa independiente.

–          Hacemos un llamamiento al gobierno marroquí representado por el ministro de Justicia para que dé órdenes para que se lleve a cabo una investigación independiente de este caso que en nuestra opinión atenta de forma directa y clara contra la libertad de expresión. Así mismo pedimos la liberación inmediata de Ali Anuzla.

–          Insistimos en que el expediente debe ser seguido según la ley de prensa y edición y alertamos de la posibilidad de que el periodista pueda ser encausado según la ley penal o la llamada ley del terrorismo, como se ha sugerido que podría suceder.

–          Consideramos el comunicado del Sindicato Nacional de la Prensa un texto innoble que no nos representa y su contenido solo se aplica a sus secretarios y no nos vincula a nosotros ni a nuestros principios y valores de solidaridad con el periodista detenido. El comunicado además nos hace dudar de la independencia de este sindicato frente al Estado.

–          Rechazamos la campaña de incitación tendenciosa y peligrosa que dirigen frentes políticos contra el periodista Ali Anuzla.

–          Hacemos un llamamiento a todos los periodistas y fuerzas vivas y libres del país para que intensifiquen sus esfuerzos en el seguimiento de esta evolución grave y lamentable.

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