Unidad de Estudios Económicos del Centro Regional de Estudios Estratégicos (RCSS), El Cairo

 

El fenómeno de los mercados negros ha proliferado de forma tangible en los países de Oriente Próximo, concretamente en los países en los que se están produciendo conflictos armados y en los que sufren crisis económicas asfixiantes a raíz de las revoluciones árabes que comenzaron en 2011. Este tipo de mercado está más extendido y abarca muchos productos y servicios esenciales, incluido el servicio a los refugiados (…).
El mayor punto de inflexión en la proliferación de este fenómeno ha sido la incorporación de los grupos terroristas a las actividades de contrabando, dificultando los esfuerzos de los gobiernos para hacer frente al problema. A ello hay que añadir que los actores tradicionales del contrabando, como las poblaciones fronterizas y algunas instituciones locales (como las tropas de la Guardia Revolucionaria en Irán, por ejemplo) han impuesto fuertes medidas de protección de sus actividades contra la intervención de los gobiernos aprovechando el temor de estos últimos a posibles enfrentamientos (…). Entre los factores que facilitan la proliferación de los mercados negros citaremos la debilidad de las instituciones de estos Estados, (…) la disparidad entre economías vecinas, (…) el aumento de la actividad de los grupos terroristas, (…) la marginación de las zonas fronterizas, (…) y el flujo de refugiados (…).
Las dos principales consecuencias de este aumento de las actividades de contrabando son las crisis económicas que desencadenan (…) y las tensiones securitarias (…).

 

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