Me llamo Jáled, Jáled Al Baih. Soy un artista y caricaturista sudanés afincado en Qatar. De todas las diferentes formas de arte, las caricaturas satíricas son las que mejor llegan al ciudadano de a pie, especialmente al árabe, que necesita ser capaz de reírse ante una tragedia.
Los caricaturistas siempre le hablan al ciudadano, y por ello encuentro este trabajo muy gratificante ya que intento comunicarme con la gente joven: experimento lo mismo que ellos, vivo lo mismo que ellos.
Cuando dibujo una caricatura o una viñeta, incluso cuando escribo, se crea un intercambio. Eso es lo más importante de las redes sociales. Te permiten interactuar con la gente. No te encuentras aislado. Cualquiera puede escribir y responder un comentario, por lo que puedes establecer un diálogo, no solo conmigo sino también con el resto.
Yo solo trabajo en internet. Creo que nos ofrece una oportunidad única a los árabes para expresarnos.
EL PRIMER DIBUJO
Dibujé mi primera caricatura en primaria. Había inundaciones en Sudán lo que provocó un problema de mosquitos. Así que dibujé una caricatura sobre un superhéroe llamado “Supermosquito”. Básicamente, Supermosquito venía y solucionaba el problema.
LA CARICATURA QUE TE LLEVÓ A LA FAMA
Antes de 2010, a parte de mis amigos, nadie más sabía que dibujaba. Mis padres sabían que en casa dibujaba. Sin embargo yo quería ser caricaturista y que mi trabajo fuera publicado en The New York Times, Al Yazira, Al Arabiya o BBC. Así que cogí mis dibujos, mis portafolios, y ofrecí mi trabajo a periódicos y revistas de Qatar, Sudán y Egipto. Contacté con ellos a través de internet, pero se negaron a aceptar mi trabajo todos ellos. A finales de 2010, creé una página de Facebook y comencé a subir ahí mi trabajo. La primera caricatura la publiqué el primer día de la revolución tunecina. Nada más publicarla fue viral. La caricatura se titulaba « El resto seguirá». Primero aparecía la bandera tunecina seguida de las banderas de Egipto, Libia, Argelia y Sudán. Tres de cinco… ¡No estaba nada mal!
Luego me di cuenta de que no solo a mis amigos y a otros sudaneses les gustaba mi página. Había personas de otros países como Egipto y Túnez que comenzaron a utilizar mi trabajo y a compartirlo a través de internet. Lo empezaron a compartir los activistas egipcios en la plaza de Tahrir. En uno de mis dibujos aparecía Mubarak y al lado la palabra «Misr» (Egipto), que mediante un juego de palabras pasaba a ser «Musir» (Yo continúo, yo insisto). Algunos jóvenes lo utilizaron como grafiti en la plaza de Tahrir antes de la caída de Mubarak. También se utilizó en Yemen. De repente, me encontré en el centro de un grupo de jóvenes activistas en el corazón de las revoluciones.
TU CARICATURA FAVORITA
Por supuesto me gustan todos mis dibujos, pero mi favorito es uno que tocó la fibra sensible de los sudaneses. Se titula «Sudán necesita un abrazo». Es la silueta de una mujer abrazando a Sudán. Creo que la mayoría de sudaneses reaccionaron porque todos compartimos ese sentimiento. Todos queríamos darle un abrazo a Sudán.
LA CARICATURA QUE TE GUSTARÍA DIBUJAR
La caricatura que me gustaría dibujar sería una que muestre por fin un mundo árabe en paz, o al menos una que muestre algo positivo, para variar. Los caricaturistas por naturaleza son sarcásticos. Incluso si no dibujas un suceso, cuando lo ves, oyes hablar sobre él o lees algo, automáticamente en tu cabeza te formas una imagen satírica de él. En general, en Oriente Próximo o en la región árabe, los caricaturistas no andan escasos de materia. Es decir, en nuestra profesión no nos podemos quedar sin negocio.
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Entrevista traducida por María Isabel Escribano dentro del programa de colaboración con la Universidad de Granada.
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