1.- Define muy bien tus objetivos

Hazte una lista de las cosas que quieres llegar a saber con la encuesta. Elabora preguntas directamente relacionadas con tu lista, y pregúntate después si el cuestionario que has hecho realmente responde a ellos.

 

2.- Limita el número de preguntas

Cuanto más breve el cuestionario, más probable que el entrevistado responda de un modo reflexivo. Ten en cuenta si va a responder online, por teléfono o presencialmente. Solo en el último caso puedes retener su atención un poco más, en los otros enseguida se distraerá o se impacientará.

 

3.- Utiliza un lenguaje natural

Ten presente el perfil de la persona entrevistada: no es igual preguntar a un joven que a una persona mayor, o a alguien con poca o mucha formación. En general hay que evitar palabras largas y abstractas. Intenta que suene como una conversación normal.

 

4.- Concreta tus preguntas

Cuanto más cercanas y exactas sean las preguntas, más fácil le resultará al entrevistado buscar en su memoria una experiencia propia y expresar una opinión. La gente no quiere hablar en abstracto, quiere hablar de su propia vida.

 

5.- No preguntes varias cosas en una

Evita mezclar en una misma pregunta cuestiones diferentes, a las que el entrevistado pudiera responder positiva en una parte y negativamente en otra. Si se te mezclan dos asuntos, divide la pregunta en dos.

 

 

6.-Evita que unas preguntas afecten a las siguientes

Piensa si haber respondido en un sentido la pregunta tres, por ejemplo, va a afectar a cómo se responde a la pregunta seis. Cambia el orden para evitarlo.

 

7.- No hagas preguntas irrelevantes

Si tienes preguntas que tienen sentido para unas personas sí y para otras no, haz antes una pregunta filtro. Por ejemplo, pregunta si trabaja antes de plantear asuntos relacionados con el empleo. Aprovecha el tiempo para preguntar otras cosas a los que te digan que no trabajan.

 

8.- Evita el “sesgo de deseabilidad social”

Piensa que el entrevistado va a querer “quedar bien” eligiendo la respuesta “socialmente correcta”, por ejemplo, la no sexista, no racista, etc. No utilices términos cargados positiva o negativamente para que pueda darte su opinión sin “quedar mal”.

 

9.- Aplícate el cuestionario, a ti mismo y a tus perfiles imaginarios

Piensa cómo responderías tú a tu propia pregunta, si te resulta difícil, si se mezclan cuestiones, si tiendes a dar la respuesta “socialmente correcta”, si la escala te ayuda a responder o no, si hay palabras que no usas normalmente.

Intenta imaginarte cómo responderían los distintos perfiles de personas que te interesan, en qué pensarían al oír las preguntas, si las entenderías y responderían sin sesgo de deseabilidad social.

 

10.- Haz uno o varios pretests con otras personas

Aplícale el cuestionario a alguien más para ponerlo a prueba (con compañeros, amigos, con quien tengas cerca) y pídeles que te digan lo que les resulta difícil, irrelevante, demasiado evidente, raro o incómodo.

 

Y recuerda: una encuesta sirve para recoger información sobre lo que piensan los demás, no para informarles de lo que piensas tú o tu organización. No sirve para hacer pedagogía.

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