La actual crisis creciente de Marruecos y Egipto refleja el nivel pésimo de la política árabe, de las relaciones entre gobiernos y Estados y el uso incorrecto y superficial de los medios de comunicación para sembrar la discordia y la ruptura entre los pueblos en lugar de promocionar la cercanía y eliminar los obstáculos al margen de las diferencias oficiales que rápidamente desaparecen con un intercambio de visitas. La falta de profesionalidad e independencia de la mayoría de los medios de comunicación públicos árabes, sobre todo de los canales televisivos, es una de las causas principales del deterioro de las relaciones interárabes en estos momentos. De repente, después de un año y medio, algunos círculos mediáticos marroquíes han descubierto que Al Sisi llegó al poder por medio de un golpe militar (…). Como periodistas lamentamos enormemente esta rivalidad inventada que devora lo que les queda de credibilidad y profesionalidad a los medios de comunicación árabes.
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