Meses después del comunicado del Ejército de la Cofradía Naqshabandiya (01/01/2014) en el que se hacía un llamamiento a los iraquíes para que se levantaran contra «la injusticia y la dictadura del gobierno sectario», concretamente en abril de 2014, ese mismo grupo pedía a sus combatientes que se prepararan para entrar en Bagdad. El grupo que dirige Ezzat al Duri, ex vicepresidente iraquí en la era de Saddam Husein, fue fundado en 2007 y como otras facciones islamistas, suníes y chiíes, mantuvo enfrentamientos con las tropas de la ocupación. Muchos consideran que este grupo es uno de los mayores peligros a los que se enfrenta el poder desde la retirada estadounidense dado que aprovecha los restos de la infraestructura del Baaz que gobernó el país durante 35 años. En 2010, antes de la retirada de las tropas estadounidenses, fuentes de los servicios secretos militares de Washington declararon que los hombres de ese grupo suponían una amenaza para la estabilidad del país a largo plazo, una amenaza muy por encima de la de Al Qaeda. Pese a que el último ataque contra las ciudades del norte del centro de Iraq fue gestionado por un grupo de facciones, se espera que quien ha estado a la cabeza de ese ataque, es decir, el EIIL, inicie una operación de eliminación del resto de las fuerzas activas si la crisis se alarga.
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