Actores de derechos humanos locales e internacionales han reabierto recientemente el debate sobre la pena de muerte tras un aumento de las ejecuciones en las pasadas semanas.
Los que piden la abolición de esta pena o su suspensión por un tiempo dan importancia a este tema por distintas razones como que no hay marcha atrás en la ejecución de las condenas a muerte o que pueden ser usadas en tiempos de gran polarización política y social pretextando que son la mejor solución contra los casos de violencia armada y política, o contra un aumento de la tasa de criminalidad.
El ritmo de los comunicados de condena de la ejecución de penas de muerte ha aumentado en las últimas semanas, desde que las autoridades egipcias ejecutaran al menos a 24 personas entre finales de diciembre y este mes de enero. Todas esas sentencias de muerte fueron emitidas por tribunales militares por casos de violencia política, a excepción de cuatro condenas por acusaciones penales comunes.
La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU publicó en su página web el pasado viernes un comunicado en el que exige a las autoridades egipcias que dejen de ejecutar penas de muerte hasta que se comprueben alegaciones según las cuales, los condenados no habrían tenido un juicio justo.
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Viñeta de Osama Hayyach para Al Quds al Arabi
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