Salama Kileh
Al Arabi al Yadid, 02/03/2017
Lo llamativo de las negociaciones sirias de Ginebra 4 es la falta de consenso sobre la oposición que se sentará a dialogar. Hay tres oposiciones compitiendo por hablar con el régimen, que sigue mandando a la misma persona a negociar, una persona cuya participación significa que las conversaciones no llegarán a ninguna parte porque sigue repitiendo el discurso que quiere consolidar ese régimen, que pretende juntar a algunos bandos de la oposición participante en “un gobierno de unidad nacional” en el que el cargo de presidente no será discutido ni negociado, y dejar claro que la prioridad es la guerra contra el terrorismo, ese terrorismo creado por el propio régimen.
En Ginebra se encuentra la delegación de la Alta Comisión para las Negociaciones, que se formó en Riad partiendo de la participación de todos los bandos de la oposición, y por consiguiente, como órgano de expresión de esta. La Alta Comisión para las Negociaciones está formada por los dos mayores bloques de la oposición (la Coordinadora y la Coalición Nacional) y por varias personalidades.
Pero en Ginebra también se encuentran la delegación de la Conferencia de El Cairo y la de la Conferencia de Moscú.
La delegación de la Alta Comisión para las Negociaciones se considera la “representante legítima” por acoger a distintos sectores opositores, pero también las plataformas de El Cairo y de Moscú se consideran representantes de la oposición y quieren una delegación unificada que se repartan entre las dos de forma equitativa.
El hecho de que todos estos grupos se consideren a sí mismos “la plataforma de la oposición”solo pretende la dispersión. Eso era lo que quería Rusia, a saber, una desunión de plataformas que permitiese a Moscú determinar quién era oposición y marginar a aquellas oposiciones que no le interesaban, y aunque eso se vio claramente en su momento, lamentablemente la oposición se dedicó a ir detrás de conferencias cuyo objetivo desconocía convirtiendo en una moda la celebración de este tipo de encuentros, y ahora choca con lo que ella construyó con sus propias manos, y anda compitiendo con plataformas fabricadas por ella misma (…).
En la Conferencia de El Cairo, que pide su cuota en la delegación negociadora, participaba la Coordinadora Nacional de las Fuerzas del Cambio Democrático, que está parcialmente integrada por personalidades de la Coalición Nacional, amén de un número limitado de personalidades opositores. Ha emitido un comunicado que no difiere del comunicado de la reunión de la oposición de Riad, aunque parece haberse convertido en una baza para hacer menguar a la delegación negociadora porque personalidades opositoras independientes están atrayendo a la plataforma de El Cairo y compitiendo con el bloque troncal sobre el que se levantó. Y de ese modo se están quedando con el nombre, la representación y exigen una posición equidistante con los demás bandos de la oposición.
La Conferencia de Moscú difiere ligeramente, pese a incluir a la Coordinadora, porque de ella forma parte un bando que fue parte del poder tras la revolución y que fue retirado para poder estar en la delegación de la oposición por expreso deseo de Rusia, que no consiguió lo que quería, y por eso empezó a convocar conferencias en Moscú: para hacerse pasar por oposición o parte esencial de la oposición. Este es el caso del Frente Popular para la Liberación y el Cambio, un frente que se opone tímidamente algunos de cuyos integrantes demuestran la estupidez de la política económica y sus desastrosas consecuencias. Este frente siempre estuvo activo en el eje de Moscú, y por consiguiente, no es un grupo muy ajeno al régimen ni a la propuesta de solución rusa que consolidaría la ocupación de Siria por parte de Rusia.
Estas plataformas difieren por su manera de entender la naturaleza del conflicto y la naturaleza de la solución aunque lo esencial es aceptar o no la continuación de Bashar al Asad y también el papel de este en la solución. Pero lo que los rusos pretenden es crear una oposición “a su medida” que acepte lo que dice Moscú después de empeñarse en mantener a Al Asad en su sitio. Tener el control de la oposición permitirá a Rusia jugar como quiere, maniobrar hasta conseguir la solución que quiere con las personalidades y organismos que desea, y se seguirá desgastando a la oposición sobre el terreno hasta conseguirlo.
Vemos necesario que se despeje el camino a quien acepte el “gobierno de unidad nacional” para volver al “listón de la patria”. No merece la pena competir por un cadáver. Y no habrá solución ni en Ginebra 4, ni 5 ni 6 porque no habrá solución mientras sigan Bashar al Asad y su grupo.
Viñeta de Saad Hayu para Al Mudun
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