El novelista egipcio Nayi Ali salió el pasado 22 de diciembre de prisión cuatro días después de que fuera suspendida su sentencia, a la espera de una nueva vista de juicio el 1 de enero. El escritor egipcio fue condenado a 2 años de cárcel por atentar contra la moral pública a raíz de la publicación de un capítulo de su libro Istijdam al haya en el semanario literario Ajbar al Adab.
Tras ser puesto en libertad, Nayi Ali ha escrito en su perfil de Facebook un mensaje de agradecimiento por las muestras de apoyo y solidaridad recibidas, del que les ofrecemos un extracto traducido:
“Buenos días a todos,
Tras pasar más de 300 días aislado del mundo exterior y de la querida internet, la máquina ha comenzado a ponerse en marcha despacio para procesar lo que ha sucedido en el mundo y el ritmo del momento y ser capaz de hablar de lo que alcanzo a entender, así que pido disculpas por tardar en escribir.
Sigo en las primeras fases de procesar lo que ha pasado, y todos los mensajes de amor y solidaridad que han superado mis expectativas y de los que no tenía ninguna constancia durante mi estancia en la cárcel. Aún sigo en la conmoción de asimilar todo lo que ha pasado fuera de prisión durante los últimos diez meses, de saber todo lo que habéis hecho. Es algo asombroso para una persona como yo que no soy sociable ni tampoco un intelectual ilustrado. Todo lo ese amor que habéis mostrado y que estáis mostrando es una sorpresa renovada y para asimilarla tengo que pararme tiempo (…).
Sé que mucha de esa solidaridad no es hacia mi débil persona, no hacia Istijdam al haya, sino que es la solidaridad de individuos que quieren vivir en una sociedad sana con unos mínimos de libertad de opinión y expresión, y de personas apasionadas por la lectura que creen de verdad que la literatura va más allá de las fronteras nacionales y étnicas. Yo no sabía que estos eran tantos y desconocía ese interés y ese entusiasmo por expresarse y por expresar lo que nos gusta, así que gracias a aquellos a los que no conozco por haberme abierto los ojos a un mundo al que veía frágil como el cristal cuando realmente es tiene la fuerza del agua (…).”
Tras pasar más de 300 días aislado del mundo exterior y de la querida internet, la máquina ha comenzado a ponerse en marcha despacio para procesar lo que ha sucedido en el mundo y el ritmo del momento y ser capaz de hablar de lo que alcanzo a entender, así que pido disculpas por tardar en escribir.
Sigo en las primeras fases de procesar lo que ha pasado, y todos los mensajes de amor y solidaridad que han superado mis expectativas y de los que no tenía ninguna constancia durante mi estancia en la cárcel. Aún sigo en la conmoción de asimilar todo lo que ha pasado fuera de prisión durante los últimos diez meses, de saber todo lo que habéis hecho. Es algo asombroso para una persona como yo que no soy sociable ni tampoco un intelectual ilustrado. Todo lo ese amor que habéis mostrado y que estáis mostrando es una sorpresa renovada y para asimilarla tengo que pararme tiempo (…).
Sé que mucha de esa solidaridad no es hacia mi débil persona, no hacia Istijdam al haya, sino que es la solidaridad de individuos que quieren vivir en una sociedad sana con unos mínimos de libertad de opinión y expresión, y de personas apasionadas por la lectura que creen de verdad que la literatura va más allá de las fronteras nacionales y étnicas. Yo no sabía que estos eran tantos y desconocía ese interés y ese entusiasmo por expresarse y por expresar lo que nos gusta, así que gracias a aquellos a los que no conozco por haberme abierto los ojos a un mundo al que veía frágil como el cristal cuando realmente es tiene la fuerza del agua (…).”
Texto original en árabe
Si quiere acceder a la traducción al castellano del extracto de la novela de Ahmed Nayi publicado en Albar al Adab por el que fue condenado pinche aquí
Si quiere acceder a la versión en castellano del cómic basado en la novela de Nayi, pinche aquí. También está disponible la versión en catalán
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Imagen del perfil de Facebook del autor.
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