Viñeta de Yaser Ahmad para el diario Al Arab
EDITORIAL. La opción del castigo colectivo
Ali Anuzla
Lakum, 09/09/2016
Desde el discurso del rey con motivo de la Fiesta del Trono (…) Abdelilá Benkirán ha tenido que tragarse la lengua y envainar la espada. Ya no leemos sobre sus bombardeos de “artillería pesada”, término que le gusta emplear a la prensa cerca a él para elogiar sus declaraciones.
(…) Cada vez que se ve acorralado, Benkirán acostumbra a dirigir un discurso al poder en el que le recuerda el papel que él mismo está desempeñando para protegerle de los vientos de la Primavera Árabe, y le advierte de que esos vientos aún no se han calmado. Y cuando se dirige al pueblo, utiliza un discurso amistoso en el que le reconoce que su presencia en el gobierno es deudora de los vientos de esa primavera (…) Sin embargo, cuando Benkirán se siente en posición de poder, concretamente cuando se le desatan las manos para tomar medidas impopulares que lo sitúan en un enfrentamiento directo con el pueblo y con la calle, ya no ve primaveras sino otoños de cuyos males avisa y de los que Dios ha protegido a Marruecos gracias a él y a su partido. Pero ahora las cosas son radicalmente distintas: Benkirán se ha puesto a sí mismo en un enfrentamiento directo con el rey ¿No ha repetido en varias ocasiones que él no ha venido a chocar con el monarca, y que quien tal cosa quería tenía que elegir a otro presidente del gobierno? Benkirán él solito se ha metido en aquello a lo que temía; ese choque que evitaba y que por evitarlo hizo concesiones, se ha producido al final de su mandato, y lo paradójico es que es él quien se ha metido ahí solo.
(…)
Si Benkirán ha tenido éxito ha sido en dos cosas: en normalizar relaciones con la corrupción y en contribuir a empoderar al totalitarismo para que tenga más mano en las opciones del país y mayor control de sus súbditos (…) ¿Por qué va a votar el ciudadano al mismo partido de “cartón”, a sus ministros fracasados y oportunistas que han protagonizado escándalos, tragedias y desgracias, a partidos que han estado presentes en todos los gobiernos que se han sucedido desde la independencia, esos chiringuitos como el Movimiento Popular, la Reagrupación Nacional de Independientes, el Partido del Progreso y el Socialismo, que se reparten las carteras ministeriales a la medida de los antojos de las esposas de sus secretarios generales (…)? ¿Por qué va votar el ciudadano por un gobierno la mitad de cuyos miembros pertenece a otro gobierno, del que el propio Benkirán ha dicho que no sabe de dónde llegan sus órdenes ni quién le dicta sus decisiones?
(…)
Viñeta de Buali para Hespress
Unas elecciones decisivas
Driss Gamburi
Al Arab, 01/10/2016
(…) El Partido Justicia y Desarrollo (PJD) se centra en su discurso electoral en decir que llegaron al gobierno en una coyuntura difícil para el país, que las incumplidas promesas hechas a los ciudadanos y las decisiones impopulares adoptadas se debieron a la situación en la que se encontraba la vida pública en Marruecos, y que obligó al nuevo gobierno a tomar esas medidas para recuperar equilibrios; el PJD también dice que ha evitado que haya un cisma en el país y a partir de aquí pide que se les permita gobernar otra legislatura para seguir con las reformas.
Pero la oposición, que considera cruciales estos comicios, ataca al PJD por su fracaso a la hora de gestionar expedientes delicados como el empleo, la enseñanza y la sanidad, critica a ese partido por seguir métodos excluyentes con otros elementos políticos dentro del gobierno, por tomar medidas en solitario o apoyar solo a los ministerios dirigidos por miembros del PJD. La oposición también sostiene que las reformas que anunció el gobierno en este mandato tenían que ver en algunas vertientes con los grandes proyectos reales, proyectos que no eran de la competencia directa del gobierno, pero de los que el PJD sacó rédito político, como el de la reforma de la justicia; otros aspectos de las reformas que ha emprendido el PJD en su mandato tiene que ver con reformas inconclusas que inició el ejecutivo anterior y sobre las que abrió un debate, como el tema de la reforma de las pensiones.
También se critica la actuación del gobierno del PJD en general y su incapacidad para combatir la corrupción, lema principal del gobierno en 2011, sin olvidar su fracaso en el diálogo con las centrales sindicales y la falta de diálogo en torno a varias cuestiones con las organizaciones de derechos humanos y de mujeres.
Viñeta de la página electrónica Saut al Shaab
OPINIÓN. Tesis no democráticas
Bilal al Talidi
Ajbar al Yaum, 03/10/2016
El contexto electoral ha generado más o menos cuatro previsiones relativas al Partido Justicia y Desarrollo (PJD) y al futuro del proceso electoral (…)
La primera previsión es la de la victoria del PJD en las elecciones del 7 de octubre, que podría ser el titular principal como apuntan los vaticinios hechos por el profesor en ciencias políticas Mustafa al Suheimi en varias declaraciones y entrevistas concedidas antes del mes de abril, concretamente la que dio al diario Ajbar al Yaum.
La segunda previsión es la del fin del gobierno de los islamistas, una idea que comenzó a ver la luz durante la primera semana de abril, de este año también, y que apareció de forma repentina y sin preámbulos, como el eco de la tendencia de algunos frentes que pretenden influir en los centros de decisión (…) Otra vez, lamentablemente, fue Al Suheimi quien argumentó esta tesis en un artículo titulado “Benkirán, el gran engaño” y publicado por Maroc Hebdo (…)
La tercera previsión, la del caos, fue la que surgió con las declaraciones del secretario general del Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), al que luego le siguió el secretario primero del partido de la rosa, Dris Lashgar, quien afirmó que si ganaba el PJD Marruecos correría la suerte de Siria y Libia. Posteriormente esta idea se generalizó en los titulares de algunos rotativos de frentes hostiles a los islamistas y conformó las ideas de base de algunas de sus editoriales.
La cuarta previsión, que ha sido recuperada nuevamente tras cuajar antes de las elecciones de 2011, es la que vaticina la victoria del PJD y la búsqueda de una salida política legal para deshacerse de los resultados de unas elecciones constitucionales; esta tesis se apoya en una posible victoria del PJD en las elecciones del 7 de octubre y en la posibilidad de que no pueda formar coaliciones que le permitan formar gobierno (…)
Que se barajen varias posibilidad indica la crisis en la que se encuentran los frentes anti-PJD que, al no lograr hacer mella en su prestigio, están buscando tácticas políticas para derrotarlo si no es posible conseguirlo en las urnas. El problema del discurso del caos o del discurso de la crisis política que impediría formar gobierno al PJD, es que reflejan en su esencia las opciones limitadas de esos frentes que hoy amenazan con desestabilizar el país si las cosas no salen como ellos quieren (…)
Viñeta de Buali para Hespress
OPINIÓN. El 7 de octubre en Marruecos y la obsesión del regreso del Estado profundo
Mohamed Taifuri
Al Arabi al Yadid, 03/10/2016
Marruecos vive estos días al ritmo de la campaña electoral de las segundas legislativas que se celebran en el país tras la primera Constitución de Mohamed VI, unos comicios considerados decisivos para la trayectoria del país que según muchos expertos locales e internacionales suponen una experiencia cualitativa en un mundo árabe convulso. Las elecciones del viernes serán, resumiendo, o una cita para seguir dando pasos hacia la incorporación de Marruecos en el club de los países democráticos, o una fecha para regresar al autoritarismo.
Señales nada tranquilizadoras en este último sentido se vienen sucediendo desde la sorpresa de las elecciones en regiones y municipios de septiembre de 2015, cuyo resultado fue el contrario del esperado y no se derrotó a los islamistas en las urnas; esas señales, que llegaron a su cénit con el inicio de la campaña y todavía siguen estando ahí, son las siguientes:
Primero: la manifestación popular en las calles de Casablanca para pedir la marcha de un gobierno nacido de unas elecciones, las primeras no manipuladas en la historia de Marruecos (…)
Segundo: durante la campaña electoral (…) los hombres del Ministerio del Interior deciden impedir los mítines y actos de los líderes de los partidos y de los ministros y a la cabeza de ellos, del presidente del gobierno, del ministro de Fomento y Transportes, y del líder del Partido Autenticidad y Modernidad (PAM).
Tercero: la falta de neutralidad de los hombres del poder (gobernadores, prefectos, pachás…) en algunas zonas y su apoyo a determinados candidatos a costa de quienes compiten con ellos en las circunscripciones electorales, bien de forma directa, bien a través de funcionarios que operan a pie de calle, jeques e imanes de mezquitas. Esto supone una irregularidad en las reglas de la competencia y en la neutralidad que se le supone a un ministerio, el de Interior, al que se le ha encomendando la misión de supervisar las elecciones.
Cuarto: el recurso al chantaje y a las presiones sobre algunos candidatos para que abandonen su candidatura y la exclusión de otros candidatos sin argumentos legales claros en una violación constitucional de los derechos políticos básicos.
Quinto: la proliferación del la violencia política en algunos casos a favor de determinados candidatos; esas manifestaciones violentas van desde el ataque directo a los candidatos hasta el asalto nocturno de las sedes de los partidos, y han convertido la batalla electoral en un lema, “O tú o yo”, que amenaza con sacar las cosas de quicio.
(…)
Todo esto que hemos indicado solo tiene una interpretación: los esfuerzos del Estado profundo, representado por ese Ministerio del Interior, para volver a controlar la escena política marroquí que había empezado a escapar a su control de forma paulatina desde el 20 de febrero de 2011. El regreso con fuerza del Interior tendrá repercusiones negativas en varios sentidos: el freno de la reconciliación de los marroquíes y la política (…), la baja participación en las elecciones del 7 de octubre (…), el regreso a la lengua de madera en política para que cunda el desinterés por los asuntos públicos como preámbulo al regreso del control y de la gestión desde arriba (…), el deseo y el empeño del Estado profundo en cerrar el paréntesis de la Primavera Magrebí abierto hace cinco años, y con cuyo coste la elite del Majzen no puede (…)
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