Los cuchillos de Benkirán, Buali, HespressDriss Gamburi

Los salafistas marroquíes, que fueron liberados en 2011 en diferentes tandas, han comenzado a repartirse por diferentes partidos y varias formaciones políticas en las filas de la oposición han empezado a flirtear con ellos antes de las elecciones legislativas, cuya celebración está prevista a finales de 2011. Pero el PJD (gobierno) no parece estar corriendo la misma suerte con este grupo que ha salido de la luz hace poco convirtiéndose en un objetivo de polarización política.

La semana pasada, ex presos salafistas encarcelados por los atentados de Casablanca de 2013, organizaron una concentración de protesta frente a la sede del Ministerio de Justicia, que está en manos del partido gobernante (PJD), para condenar las torturas y detenciones y la falta de seriedad a la hora de tratar el tema de los salafistas que aún siguen en la cárcel y de la integración de los que ya están en libertad. Resulta llamativo este ataque al PJD, un partido situado en la parte más conservadora de la escena política y supuestamente el más cercano a la corriente salafista con la que tiene muchos puntos en común, especialmente en la vertiente ideológica.

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El PJD usó la baza de los salafistas de una forma pragmática cuando estuvo en la oposición para conseguir los votos de muchos ellos en las últimas elecciones pero las nuevas evoluciones apuntan en el sentido contrario.

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El PJD habría perdido mucho peso político entre las facciones salafistas, al menos entre aquellas que han pasado por la experiencia de la cárcel, y esto supone una transformación esencial en la relación entre el partido y la corriente salafista lo que puede tener repercusiones en los próximos procesos electorales, sobre todo si tenemos en cuenta que algunos partidos de la oposición ya están captando a varios rostros islamistas para que se presenten en sus listas en las elecciones y competir con el PJD (…).

El vuelco a la ecuación entre el PJD y los salafistas arranca cuando el partido de Benkirán comienza a gestionar el gobierno tras las elecciones de 2011. Antes de esa fecha, el PJD había sido una de las organizaciones políticas marroquíes que más habían abogado por un arreglo del expediente de los presos salafistas y de hecho el ministro de Justicia actual, Mustafa Ramid, fue abogado de varios presos imputados por los atentados del 16 de mayo de 2003 (…). Pero el PJD parece haberle dado la espalda a la corriente salafista en cuanto llegó al poder en 2011 lo que habría indignado a los últimos que ahora optan por abrirse a formaciones políticas que compiten con el PJD (…).

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Viñeta de Buali para Hespress: «Los cuchillos de Benkirán»

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