Jáled Gueddar

Al Masaa, 16-17/04/2016

Entrevista: Mohamed Ahdad

El nombre de Mohamed Abadi ha captado la atención de los principales medios de comunicación marroquíes estos días tras haber revivido la llamada «visión del sheij Yasín sobre la sucesión en el año 2006». El secretario general del grupo Justicia y Espiritualidad sorprendió a todo el mundo cuando ascendió a la cima del grupo apartando a nombres importantes. Ahora, Abadi ha recibido muchas críticas, incluso de aquellos que se consideran sus aliados, a raíz de una declaración en la que afirmó que «el califato es un precepto divino y quien esté en contra será decapitado».

En esta entrevista, Abadi contestará a una pregunta clave: ¿Justicia y Espiritualidad  ha pasado a otro nivel en el conflicto con el Estado tras recibir presiones de este último? En su primera aparición ante los medios de comunicación tras su polémica declaración sobre el califato, Abadi habla a Al Masaa de la relación de su grupo con los islamistas y los salafistas, de sus ideas para reformar el ámbito religioso en Marruecos y de sus críticas a Ahmed Taufiq por su gestión del Ministerio de Asuntos Islámicos.

Pregunta: Sus últimas declaraciones acerca del califato y de la decapitación han desencadenado duras reacciones, ¿Tienen que ver con un cambio repentino en la visión de Justicia y Espiritualidad o se trata de un mero desliz en el debate sobre la figura islámica del califato?

Respuesta: Las acusaciones sobre mi persona no son más que una invención. Yo conté la historia pero no como algo mío. Estoy seguro de que casi todo el mundo sabe que nuestro grupo está en contra de la violencia. No hay pruebas de que los miembros del grupo hayan usado la violencia. Durante cuatro décadas, en muchas ocasiones han sido maltratados por las fuerzas públicas, pero aún así han sido muy cuidadosos con ser pacíficos. Me referí a esta historia para demostrar la unión de todos los compañeros de Mahoma contra la violencia, y su miedo a las repercusiones de un vacío de poder en el Estado moderno.

P: Su postura sobre el califato se contradice totalmente con el pensamiento del fundador de Justicia y Espiritualidad, el fallecido Abdessalam Yasín. Para él, el califato no se basaba en la violencia o la decapitación, como usted dijo, sino en la libertad de elección y en la no violencia. Me gustaría hacerle una pregunta directa: ¿podemos entender en sus declaraciones que Justicia y Espiritualidad ha optado por alzarse contra el Estado tras verse sometido a una presión estranguladora por su parte?

R: Déjeme que le aclare que Justicia y Espiritualidad es un grupo legal y no sufre ningún tipo de prohibición, y muchos, aun sabiéndolo, insisten en referirse a esa «prohibición» que promueve el Estado contraviniendo la ley. Esto va contra la deontología de los medios de comunicación, cuya labor es transmitir la información tal cual con libertad de opinar o analizar. Nuestras prácticas no indican que queramos alzarnos contra el Estado, ni antes ni ahora. Los principios de nuestro grupo son constantes, no hemos cambiado nada en ellos. Desde su fundación, Justicia y Espiritualidad ha sufrido diferentes formas de restricción y acoso. Lo de ahora no es nuevo para nosotros, podemos incluso decir que nos hemos acostumbrado a esos obstáculos, a la injusticia y la violación de la ley por parte de las autoridades contra nosotros, manteniendo la claridad de nuestros principios basados en la labor educativa y en una política pacífica, nuestra disposición a ayudar a terceros, nuestra firme postura contra la tiranía y la corrupción, nuestra negativa a aceptar participar en las instituciones del Majzen que han corrompido la política y a los políticos provocando que Marruecos haya perdido oportunidades que cualquiera habría aprovechado.

P: Hay quien relaciona lo que usted dijo sobre el califato con la visión del califato que tiene el Daesh. Aparte del asunto de la decapitación, se podría decir que hay similitudes.

R: ¡Que Dios nos proteja de esa comparación! ¿Acaso Justicia y Espiritualidad se fundó hace uno o dos años para que se haga esa comparación tan extraña? El imán Abdessalam Yasín, que en paz descanse, empezó a concebir las bases de su proyecto a principios de los años setenta y siguió haciéndolo durante la siguiente década, a pesar de las persecuciones y de pasar en prisión varios años pese a no haber sido juzgado. Empezó a trabajar en la organización del grupo en el año  1981, guiado por el libro Campo profético y por los tres “noes” históricos invariables por los que se conoce la vía de nuestro grupo: no a la violencia, independientemente de su origen o su actor; no a la clandestinidad y al trabajo en la sombra; y no a la subordinación ni organizativa ni política ni de otro tipo a ningún frente, ni en Marruecos ni fuera de Marruecos. Nuestro grupo es independiente en su moral, sus principios, sus decisiones y sus opciones. Sigue y seguirá, si Dios quiere, fiel a sus principios.

Volviendo al concepto de califato, su significado y su realidad han sido distorsionados, y era necesario hacer una aclaración para que el concepto conserve su significado liberador aglutinante. El califato en el islam, tal y como la vemos, es una unidad federal, de futuro, en la Umma, que sigue el concepto de shura (consulta), democrática, basada en la libre elección, en la justicia social, en la separación de poderes, en el respeto de los derechos humanos y de las libertades públicas. Por consiguiente no es posible que un régimen basado en el islam reprima a la gente, la odie por una opción determinada, le confisque su derecho a elegir a quién gobierna y cómo gobierna, que no se exijan cuentas al poder o se le deponga cuando sea necesario. No todo aquel que enarbola la bandera del califato es un modelo de eso.

En algunos casos no se llama califato sino unión o federación, por ejemplo. Si se trata de un sistema autoritario, como es el caso de la mayoría de los regímenes árabes y musulmanes, no podrá tapar con sus títulos su esencia autoritaria y represiva. ¿Debemos abandonar la palabra democracia porque algunos regímenes que se definen como democráticos son autoritarios? En cuanto a Daesh, es un grupo violento, poco claro, cuyos fundadores son desconocidos, que ataca a todo el mundo y cuya conducta no tiene nada que ver con el verdadero islam, ni con sus propósitos, ni con su misericordia. Los actos de Daesh desacreditan el islam y parece que su único objetivo fuera este.

P: Parece que Justicia y Espiritualidad carece de guía y orientador ya que desde la muerte de Abdessalam Yasín ha vivido mucha confusión. La prueba es que su último discurso ha provocado que quienes defendían el derecho a la existencia del grupo, hayan pasado a criticarles duramente. En otras palabras, ¿Justicia y Espiritualidad echa en falta a un hombre de pensamiento capaz de fijar los equilibrios?

R: ¿Dónde ve usted la confusión? Me temo que no sufrimos ningún tipo de confusión. La realidad dice todo lo contrario de lo que usted afirma. El número de personas que contacta con nosotros ha ido en aumento. Aquellos que nos han atacado son, en su mayoría, tendenciosos y han descontextualizado el discurso para acusarnos falsamente. Nuestro reproche va dirigido a aquellos que han escrito (de buena fe) sobre nosotros sin haber contactado previamente con nosotros para pedir alguna aclaración, en sintonía con la campaña de distorsión del grupo puesta en marcha por el Majzen (…).

P: Los cambios regionales e internacionales y el éxito del modelo religioso marroquí han dado a la institución del Emirato de los Creyentes una gran fuerza, y es vista  como la institución protectora de toda forma de ese extremismo extendido en el resto de países árabes, e incluso ha recibido elogios de otros países, ¿no cree que ha llegado el momento de que el grupo cambie de postura hacia esa institución?

R: No tenemos que compararnos con quien está peor que nosotros, sino con quienes tenían una situación similar a la nuestra y pudieron avanzar. Nosotros entendemos el emirato como la institución que promociona la virtud, la honestidad, la justicia social, la seguridad, la protección de las cinco escuelas, la justicia en el poder judicial, el reparto de la riqueza a partir de la igualdad de oportunidades, el derecho de todo el pueblo a disfrutar de la riqueza nacional, que protege esa riqueza nacional del derroche y del fraude de miles de millones de dólares, la independencia de las mezquitas para que las fuerzas políticas no estén presentes en ellas y que exige cuentas a quienes gobiernan. ¿Dónde está este modelo religioso marroquí? ¿Dónde reside su éxito? ¿Dónde está el Emirato de los Creyentes para promocionarlo? ¿Dónde se guarda la riqueza de la nación? ¿Cómo se protege de las drogas? ¿De la corrupción? Si por modelo religioso exitoso nos estamos refiriendo al monopolio de la gestión de los asuntos religiosos, silenciando a los ulemas, modelando los sermones de los viernes, al Festival de Mawazine en el que se gastan miles de millones del pueblo para que sus invitados bailen semidesnudos en los canales de televisión nacional mientras el pueblo sufre de pobreza y privación, eso no es un éxito. ¿Quién protege al país del extremismo? ¿Ese comportamiento provocativo? ¿La política de empobrecimiento y marginalización que busca soluciones sin promover un pensamiento islámico basado en los modelos religiosos compasivos marroquíes? Desgraciadamente, muchas de las decisiones de las autoridades empujan a nuestros jóvenes al extremismo o a la emigración. (…) La pregunta que se plantea es la siguiente: ¿Están dispuestos quienes gobiernan a hacer un cambio coherente y completo para mejorar nuestro país?

P: ¿Podemos decir que sus últimas declaraciones (sobre el califato) son un  intento desesperado de salir del aislamiento en el que se encuentra el grupo?

R: Mis declaraciones han sido entendidas de forma errónea y lo he explicado en un vídeo que está actualmente en YouTube. Déjeme aclararle que no sufrimos ningún tipo de aislamiento. ¿Cómo vamos a estar aislados si cada vez tenemos más éxito en la población? Tenemos un poder real en la sociedad, en la política nacional y mantenemos una buena relación con los organismos nacionales.

P: La participación del Partido Justicia y Desarrollo en el gobierno ha puesto la relación del Estado con los islamistas sobre la mesa, ha influido en la popularidad de Justicia y Espiritualidad y ha asilado al grupo de una forma sin precedentes.

R: Si estamos aislados, ¿por qué nos acosan y persiguen? Creemos que el que está aislado es el Gobierno con sus elecciones déspotas impopulares, porque nuestra popularidad no ha sufrido ningún cambio. La prueba de ello es la abstención en las últimas elecciones debido a muchos errores como que no se haya hecho una verdadera reforma de la administración o que el Gobierno lidie con asuntos sectoriales impregnados de corrupción a los que nadie puede acercarse o cuestionarlos, cuestiones estratégicas que tienen que ver con grandes inversiones dirigidas por el conocido gobierno en la sombra (…).

P: La experiencia de Justicia y Espiritualidad de los últimos años demuestra un acercamiento a los partidos de izquierdas como Vía Democrática. ¿Comparten la misma ideología que Vía Democrática?

R: Nuestra ideología es claramente musulmana. La ideología de los partidos de izquierdas es también clara porque está basada en el socialismo. Sin embargo, la diferencia de ideologías no impide la comunicación, el diálogo y la cooperación en puntos comunes que benefician a nuestro país, porque todos vivimos bajo el mismo techo. Ante las actuales dificultades locales, regionales e internacionales, todos los que estamos preocupados por el desarrollo de nuestro país, porque se vea liberado de la corrupción y la tiranía, tenemos que trabajar codo a codo.

P: La relación entre Justicia y Espiritualidad y los salafistas sigue estando poco clara. Cuando ellos trataban de pecador a Abdessalam Yasín, el grupo les atacaba con cualquier motivo. ¿Cómo valoraría esta relación?

R: Primero, no recuerdo que en nuetro grupo hayamos atacado a los salafistas. Sí es cierto que recibimos ataques por su parte en los años 90, cuando el Gobierno intentó crear choques entre nosotros, pero el plan del Gobierno fracasó cuando decidimos contestarle conjuntamente en su momento. Tras los sucesos de 2003 fueron víctimas de una situación terrible y la mayoría de los que fueron juzgados y encarcelados eran inocentes. Desgraciadamente, muchos de ellos siguen sufriendo en las cárceles; y nosotros siempre hemos estado a favor de los ciudadanos libres, siempre hemos pedido que cese la injusticia y lo seguiremos haciendo.  Estamos dispuestos a comunicarnos con cualquiera que renuncie a la violencia para que este país mejore.

P: Los chiíes marroquíes atacaron han atacado recientemente a Justicia y Espiritualidad y su postura ante el califato a pesar de no haber hecho pública su propia visión sobre el tema. También se sabe que muchos miembros de Justicia y Espiritualidad se habían convertido al chiismo anteriormente.

R: No sabemos nada sobre los miembros de nuestro grupo que se han convertido al chiismo. Puede que haya sido el caso de algún o algunos miembros que abandonaron el grupo hace años, solo Dios sabe. Esos a los que te refieres atacan a todo el mundo, a cualquier suní. Nuestro país es suní (…). A lo largo de la historia ha habido varios intentos, también por parte de países, de extender el chiismo en nuestro país pero en vano. Marruecos ha sabido compaginar el amor a Ahlul Bait  [la familia del Profeta] y a todos sus compañeros. La prioridad ahora no está en los conflictos sectarios de la Umma, a la que desgraciadamente se han unido movimientos y Estados. La prioridad ahora es enfrentarse a la tiranía, la corrupción, defender el derecho del pueblo a vivir una vida digna, a disfrutar de derechos y libertades, a una justicia social. Desde aquí hacemos un llamamiento a los sabios de la chía que respeten a los compañeros del Profeta y que no tengan las manos ensangrentadas de sangre inocente a cooperar para una mejor Umma.

P: Justicia y Espiritualidad tiene una gran presencia fuera de Marruecos, y ha recibido críticas por no defender tanto las constantes del país como oponerse al sistema.

R: La presencia de nuestro grupo, como organización estructural, no sobrepasa las fronteras marroquíes. Pero hay asociados a la escuela de Justicia y Espiritualidad (…) que se unen, desde sus respectivos países de residencia, a asociaciones especializadas, respetando las leyes (…). Podemos cooperar con ellos pero no influimos en sus instituciones ni en sus decisiones. En lo que respecta a la defensa de las causas nacionales, Palacio exime a todos los marroquíes de este deber dada su gestión monopolizadora de los asuntos mayores.

P: Marruecos está en plena fase de reforma religiosa y su grupo está en desacuerdo. Paradójicamente, muchos miembros de Justicia y Espiritualidad trabajan en el Ministerio de Asuntos Islámicos e incluso presiden el sermón de los viernes en las mezquitas, ¿no es esto una contradicción?

R: Ya hemos hablado sobre la reforma religiosa. La situación de las mezquitas en Marruecos es lamentable y el Ministerio de Asuntos Islámicos mueve miles de millones de dírhams destinados, supuestamente, a la infraestructura de las mezquitas, a los sueldos de los imanes y del muecín y al presupuesto para las escuelas coránicas. Desgraciadamente ese dinero no se usa completamente para este fin e ignoramos dónde van a parar esos enormes ingresos. Es deber de los responsables, en el Gobierno y en el Parlamento, averiguar dónde terminan estas cantidades de dinero. En lo que respecta los sermones de los viernes, en cuanto el ministerio se entera de que un orador es miembro del grupo, es despedido. A mí personalmente me lo han prohibido en muchas ocasiones hasta que decidí dejar el tema hace unos años. Incluso las personas que no les contradicen políticamente son aisladas, se les retira el suelo sin que nadie piense en su destino individual y social. El total de oradores que han sido destituidos supera los 200 y no pueden recurrir al Tribunal de Primera Instancia ni al Tribunal Administrativo. (…)

P: Cada vez que menciona la palabra democracia la relaciona con la shura, ¿son nociones contradictorias?

R: Nuestra postura es clara. Nosotros apoyamos los mecanismos democráticos que respetan los valores y la religión de la sociedad, que disponen reglas y principios conocidos. (…). Estamos de acuerdo con la etapa de la transición que puede alargarse o no, no importa, lo importante es que haya confianza y no haya tensión entre las partes y crear un modelo democrático consultivo real y sólido, destinado al avance y a la movilización de todas las energías del país en pro del desarrollo. No creemos que la democracia nos exija dejar de lado nuestra religión. Estamos en contra del monopolio religioso porque la religión es de la sociedad y no del Gobierno ni de los movimientos islamistas. (…)

Traducción del árabe de Rania Chaui

Viñeta de Jáled Gueddar para Hespress

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